La cera de abeja es producida por las abejas obreras en su cuerpo. A partir del duodécimo día de vida de la abeja, algunas se convierten en abejas constructoras y producen cera en su abdomen, en las glándulas de cera especiales.

Allí se exprimen pequeños trozos de cera. Con las partes de la boca la abeja toma entonces la cera, la amasa en la boca junto con la propia saliva y forma lentamente nuevos panales.

En la foto podéis ver cómo salen las pequeñas escamas de cera de las glándulas de cera (esta foto no es mía 😉 ).

Las pequeñas escamas de cera también pueden encontrarse a veces en el fondo de la colmena. Son muy finas y totalmente blancas. Sin embargo, al cabo de poco tiempo, primero se torna naranja y poco a poco se va oscureciendo, hasta llegar casi al negro.

Los panales de cera son la casa de las abejas, allí se crían las larvas jóvenes y se almacena el alimento. Aunque las abejas están muy ocupadas limpiando, la cera absorbe fácilmente las sustancias del entorno y por eso se oscurece.

Puedo distinguir fácilmente cuando las abejas están produciendo cera y construyendo, porque se juntan en un racimo.

Para las abejas, la producción de cera requiere mucha energía. Las abejas melíferas pueden consumir hasta 10 kg de miel para producir 1 kg de cera.

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