la apicultora

Después de muchas semanas escribiendo sobre las aceitunas y su cosecha, os dejo una breve perspectiva de mi trabajo como apicultora.

El otoño es un momento crucial del año en el que las abejas se preparan para el invierno. La forma en que las abejas pasan el invierno ahora afecta a su capacidad de activarse y crecer de nuevo en la primavera. Hay dos cosas especialmente importantes: la colmena debe tener todavía un buen tamaño y suficiente miel, y la carga de ácaros Varroa debe ser baja.

cuadro de abejas

Está claro que debe haber suficiente comida, porque las abejas no encuentran mucho alimento en invierno. La actividad de las abejas suele ser mucho menor, porque muchas abejas se quedan en la colmena para calentarla. Esto necesita energía, es decir, comida.

La varroa es un ácaro introducido que debilita a las abejas y transmite enfermedades. Ya he realizado un tratamiento hace 2 meses para combatirlo. De este modo, ayudo a las abejas a estar sanas y a producir abejas fuertes para el invierno.

El otoño decide la fortaleza de las colmenas en primavera y la cantidad de miel que pueden producir entonces. Por un lado, esa es la belleza de la apicultura, pero también el reto, porque eres apicultora todo el año.

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