Las abejas son los polinizadores más importantes de las plantas con flores, que las necesitan imperativamente para producir cualquier tipo de semilla o fruta. El intercambio de polen entre las flores tiene como objetivo la reproducción vegetal, que requiere el traslado del polen desde las anteras, o partes masculinas de una flor, hasta los estigmas, o partes femeninas, ya sea de la misma planta o de otras plantas.

Las abejas son superpolinizadores porque su cuerpo está cubierto de pelos. Para transportar los glóbulos de polen, que las abejas forman en sus patas traseras, los gránulos individuales de polen se pegan con algo de néctar y se adhieren a una hueco especial en la pata trasera. Este gránulo de polen puede suponer el 20% del peso corporal de una abeja.

En el nido, el polen es necesario para la cría de las larvas, ya que está compuesto en gran medida por proteínas. Y el polen también es saludable para nosotros los humanos. En primavera, cuando hay un exceso de flores, se puede recoger parte del polen.

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