sobre ladrón de miel

Hola! soy Marleen, apicultora y ambientóloga. Me encantan las abejas y la naturaleza y he asumido la gran tarea de crear un paraíso para las
abejas entre olivos centenarios. ¿Quieres conocer mi historia?

De Zurich a El Gastor…Pasando por Tailandia

Cuando estudié ciencias ambientales en Zurich me imaginaba trabajando para conservar la naturaleza “a lo Jane Goodall”. Sin embargo, tras varios años trabajando en Suiza mi vida no era exactamente la que había imaginado así que, un día, sentí el impulso de romper con todo y respondí al llamado de la aventura…

El ciclismo es otra de mis grandes pasiones, por eso tuve la loca idea de viajar desde Tailandia hasta Sevilla en bici con mi pareja. Estuvimos pedaleando durante dos años por medio mundo. Tras varios encuentros maravillosos con apicultores se encendió la chispa: quería ser apicultora.

Mi sueño hecho realidad

Cuando llegué a Andalucía, me formé con apicultores locales, descubrí las técnicas tradicionales y aprendí sobre las amenazas a las que se enfrentan las abejas y los apicultores.  Muchos apicultores me advirtieron de que mi viaje no sería fácil, que la apicultura es un trabajo duro y que las abejas están amenazadas por los pesticidas y la pérdida de diversidad floral.

Finalmente, 3 años después de volver de mi viaje transformacional estoy viviendo mi vida soñada.

Encontré un terreno maravilloso en la Sierra de Cádiz, donde pude lanzarme a esta nueva aventura. Esta situada en El Gastor, situada en las inmediaciones del Parque Natural Sierra de Grazalema, junto al Peñón de Algarín. Mis abejas viven en medio de un antiguo olivar, con olivos centenarios que todavía producen aceitunas. Por supuesto, no renunciaría a esta oportunidad única de producir miel y aceite de oliva en el mismo lugar.

La finca está rodeada de encinas, madroños, algarrobos y almendros y en primavera se llenan de flores de jara, aulaga, retamas y muchas más. Las plantas locales están bien adaptadas a las condiciones cálidas y secas. Protegemos las flores silvestres existentes, sembramos y plantamos nuevas plantas aptas para las abejas y reforestamos con árboles nativos. Lo mejor de todo es que la miel artesanal que se produce aquí es simplemente maravillosa.

A su vez las abejas nos ayudan a aumentar la diversidad y cantidad de plantas y flores en general. Ya que las plantas silvestres ahora están mejor polinizadas y pueden producir más semillas.

“Las abejas contribuyen directamente a la conservación de la naturaleza, porque, sin abejas, las plantas, ecosistemas enteros y en última instancia nosotros mismos desapareceríamos. Cuando tengas pasión y una buena idea, emprende tu camino, siéntete orgullosa de lo que eres y vive tu sueño”

Marleen Schafer

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